Más de un siglo después de la fundación de la Asociación de la Prensa de Oviedo, que durante muchos decenios fue la estructura apropiada para regular el funcionamiento colectivo del periodismo en Asturias, empezó a extenderse entre la junta directiva y buena parte de los asociados la sensación de que eran necesarias nuevas herramientas en el mundo nuevo creado por el salto tecnológico de los años anteriores.
Las conversaciones acerca de la creación de un colegio profesional, que habían aparecido de manera intermitente en ocasiones anteriores, cristalizaron en 2015. Ese año se constituyó la nueva entidad corporativa de acuerdo con lo establecido en la Ley del Principado de Asturias 2/2015, de 20 de febrero, de Creación del Colegio Profesional de Periodistas. Una comisión gestora designada por la Asociación de la Prensa de Oviedo asumió el encargo de redactar unos estatutos y de convocar una asamblea constituyente.
Entre las funciones que los estatutos señalan al Colegio figuran la mejora de las condiciones de trabajo de los y las periodistas, la defensa profesional de sus miembros, la representación del colectivo y la ordenación del ejercicio de la profesión, además de las defensa continua de las libertades de información y expresión garantizadas a toda la ciudadanía por la Constitución española.
El surgimiento del Colegio de Periodistas asturiano no fue un fenómeno independiente. La fundación de entidades similares en diversas comunidades autónomas españolas significa el reconocimiento generalizado de que, desde el cambio de siglo, nos movemos en una nueva realidad para la profesión periodística. A pesar de que ni la fundación de colegios ni la colegiación de los periodistas son obligatorias, esa tendencia a su creación constata una tendencia novedosa. En muchos lugares a la vez se siente la necesidad de implantar unas nuevas estructuras asociativas. Su propósito es dinamizar el sector y hacerlo más participativo y más entregado a las necesidades y coyunturas actuales.
Aunque, en esencia, el núcleo de la actividad de los medios de comunicación es el mismo de siempre y no se aparta de la elaboración de noticias y análisis veraces que informen a la audiencia del estado del mundo en el que viven, los modelos de trabajo sí han cambiado de manera sustancial con la eclosión de las (ya no tan) nuevas tecnologías de la comunicación. La profesión periodística necesita nuevas formas de organización para no perder la orientación en el vasto mundo digital y en la aparente descentralización que aportan las redes sociales.
Las experiencias de Cataluña, Galicia, Murcia, Andalucía, Castilla y León, País Vasco y La Rioja, que habían recorrido antes el mismo camino, llevaron a interpretar como muy oportuna la constitución de un Colegio Profesional de Periodistas en Asturias. Su génesis tuvo muy en cuenta las experiencias y los reglamentos de esos otros colegios que ya existían, con los que esta corporación asturiana está en deuda por su labor de anticipación en el orden legislativo.
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